En esta entrega analizaremos la historia del islamismo, y como su crecimiento y sus ramas extremas han significado una amenaza para la seguridad de los cristianos, y la libertad religiosa de los países con una mayoría musulmana.
Jesús murió para pagar el precio por los pecados de los humanos escogidos y para ofrecer la salvación a todos aquellos que creen en él. La muerte de Jesús fue una muerte sustitutiva, en la que él tomó el lugar de la humanidad y murió en su lugar para que aquellos que creen en él puedan tener la vida eterna.