Antiguo Testamento
Génesis 5 y un libro de generaciones

Génesis 5 y un libro de generaciones

Génesis 5 es la primera genealogía de la Biblia. Y aquí encontramos una breve reseña de los primeros humanos. Es difícil encontrar un consenso entre este capítulo y la ciencia moderna, dado que los calculos entre generaciones, abarcan un período de no más de 6000 años de existencia humana; mientras que los restos más antiguos, atribuidos al Homo sapiens, encontrados en Marruecos, han sido datados por los evolucionistas en 315,000 años. Y esta comparación es importante, porque Adán y Eva son descritos en la Biblia como seres humanos, con las mismas características del hombre moderno. Lo que descarta un ancestro común africano de 5 a 7 millones de años.

Muchos científicos creacionistas, han tratado de reconciliar, el relato bíblico de la creación, con datos de laboratorios, atribuyendo a veces a la Biblia, un lenguaje simbólico o figurado, para encajar los años bíblicos en las eras geológicas. Sin embargo esto parece complicar más el asunto, porque la idea bíblica original para día en en AT es el hebreo Yon. Y  donde no se refiere a esto casi siempre se sobreentiende.

Al comparar este capítulo 5 de Génesis con la genealogía del capítulo 11, los cálculos solo llegan a 6000 años de historia humana, denominada “las generaciones de Adán” (5:1).

Y ciertamente 930 años de vida de Adán (V.4), fueron más que suficientes, para ver nacer crecer y reproducirse a unos cientos de miles de niños. Por lo que el título que le dio Moisés al capítulo, está muy apropiado.

Verso 1. “El día”. La Biblia no supone que Dios haya creado al hombre a través de un proceso evolutivo, hasta llegar a humanizarse. Sino que solo bastó un momento de un día. Y lo hizo “a semejanza de Dios”. A semejanza de Dios implica, que Dios selló en el hombre sus atributos morales, y lo dotó de inteligencia nata.

Para los antropólogos estos rasgos expresados en las culturas, son los que hace al hombre un ser humano u Homo sapiens: un animal más evolucionado o avanzado que el resto. El punto bíblico aquí es que este hombre sabio u Homo sapiens, no evolucionó de otras especies, sino que fue creado en el momento de un día. Y que aunque por sus rasgos biológicos encaja en el reino animal, es el resultado de un proceso de creación especial, y diferente al del resto de los animales (Gen. 1:26).

Verso 2. “Varón y hembra los creó”. Dios creó al hombre, con el propósito de que se multiplicara y preservara la especie. Razón por lo que crea a un hombre y a una mujer, con dos características genéticas bien definidas. Con sus gametos el hombre aporta los espermatozoides y la mujer los óvulos. Por lo que podemos hablar también de gametos masculinos y femeninos.

La teoría de la evolución y el ateísmo no solo tienen agendados negar el papel de Dios en la creación, sino que lo busca erradicar de la psique del hombre. Haciendo de la moralidad y las capacidades cognitivas un tema cultural y no espiritual. Planteando la posibilidad de poder diferenciar la sexualidad del sexo. Donde sexo es un rasgo biológico pero la sexualidad es un proceso de adecuación cultural aprendido. Donde si Dios es un invento cultural entonces no hay razón para observar sus leyes, convirtiendo la moral en un tema meramente cultural y cambiante. Y la sexualidad en una elección.

Pero el texto enseña que Dios no solo creó al hombre, sino que en la especie creó un varón y una hembra. Dos sexos con sexualidad definidas. Dos sexos llamados a procrear y a preservar la especie (Gn. 1:28). En la especie humana no existe un tercer sexo, y quien pretenda portarlo debe admitir que su salud mental no puede estar bien. Debe admitir que a la luz de la Biblia y la biología su conducta no es natural (Romanos 1:26-28).

“Y los bendijo”. En hebreo el término barak para bendecir y beraká para bendición, de la raíz brk, está asociada literlmente al término rodilla o béreke que más bien es un eufemismo, que designa la sexualidad y la fecundidad en sí mismo. Esto lo vemos en 1:28 donde Dios después de crear al hombre, lo bendice con rasgos biológicos que le permita multiplicarse y autopreservar la especie. Esto es lo que denota el significado árabe real de suerte, baraka o barakah (بركة). Dios bendijo al hombre con la fecundidad.

El matrimonio busca engendrar familia a través de la matriz de la mujer. La familia es preservada en el hogar. La especie humana se preserva en las relaciones sexuales de un hombre y una mujer. El hecho de que el matrimonio homosexual haya adquirido carácter legal en algunos países, no indica que sea un matrimonio real; porque naturalmente para haber matrimonio, tiene existir una matriz unas y gónadas masculinas que conciban y engendren. Y cuando esto no se logra por razones de salud, ya la medicina les ofrece a los cónyuges medios alternos, como el uso de medicamentos para la producción de mayor cantidad de óvulos, la inseminación intrauterina o como última opción la fecundación in vitro.

Y llamó el nombre de ellos Adán, el día en que fueron creados“. El mismo día en que Dios crea al hombre, también le dio una identidad: Adán u “hombre hecho de la tierra roja” (Gn. 2:3; 3:19). Un nombre lo diferenciaría del resto de los animales, pero que le recordará además sus orígenes y límites. El original para Adán אָדָם indica que su piel era rojiza, como la sangre que corría por debajo de ella, o quizás como cierto color del barro con que fue creado. Adán aún sigue siendo el nombre más apropiado para el primer hombre, en medio de una sociedad dividida por el racismo, y las divisiones de clases sociales. Para nuestra sociedad el nombre elegido por Dios para el hombre, significa que: primero nadie lo puede reclamar como exclusivo de su raza, porque no era ni blanco ni negro, era rojo como la sangre, segundo que ninguna raza que se autodenomine superior querrá hacerlo, porque el color de su piel fue adoptado por el sucio barro, que yacía bajo sus pies, tercero que esa piel roja como la tierra nos debe recordar que debemos amar y ayudar a los indigentes y sin techos, cuyas pieles han adoptado el color del suelo que los acoge, y cuarto su piel nos recuerda también nuestros rojos pecados, que fueron limpiados por el sacrificio de Cristo en la cruz (Isaías 1:18).

Verso 3.Y engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen“. Cuando Dios creó a Adán, lo hizo conforme a su imagen y semejanza (Gn.1:21-27). Semejante a Dios en cuanto al conocimiento o inteligencia, bondad, amor, santidad, justicia, misericordia y verdad. Además al impregnar en él cierta sapiencia, le dio también la capacidad de conocer su soberanía y majestad. Del mismo modo Adán legó genéticamente esta herencia a su hijo. Todas las culturas del mundo antes de la globalización tenían algo en común, y era el apego a estos principios (Ro. 5:13). Adán no solo traspasó a su hijo los atributos que Dios impregnó en él, sino que además traspasó el pecado universal, que condenó a la muerte eterna a toda la humanidad (Ro. 5:12).

Y llamó su nombre Set“. Set significa sustituto. Al menos así lo vio su madre Eva cuando nació, porque aún sufría la pérdida de Abel, quien fue asesinado por su propio hermano Caín (Gn. 4:29). Si bien es cierto que la muerte de un ser querido, es una herida que nunca se sana, y que difícilmente encuentra un sustituto. Los cristianos tenemos la esperanza, de encontrarnos un día con nuestros familiares y amigos, que murieron en Cristo (1 Tes. 4:13-17). Y por esta razón podemos superar el dolor y seguir adelante.

La familia de Set dio inicio, a la comunión que el hombre había perdido con Dios, tras la caída de sus padres (Gn. 4:26). Aunque sí es cierto que unos 100 años atrás, Abel tenía una relación con Dios (Gn. 4:4), es posible que al no tener hijos a quien instruir en el temor de Dios, tras su muerte los primeros hombres se alejaron de Dios, ya que Caín tenía una idea  errada de la adoración, y por lo tanto no pudo instruir a sus descendientes, porque al parecer nunca se arrepintió (Gn. 4:9), y porque estaba descalificado moralmente para hacerlo (Gn. 4:23).

Sin embargo en el caso de Set los hombres empiezan a volverse a Dios, después que este se convierte en padre (4:26). Ser padre es la mejor oportunidad, de hacer en nuestra familia todas las cosas buenas, que queremos hacer en la sociedad. Es posible que nuestros vecinos no empiecen a adorar a Dios, al menos que no lo vean en nuestras familias.

Versos 4-5.Novecientos trenta años “.Estos versos confirman que la advertencia de Dios a Adán en el verso 2:3, no se refería a una muerte física sino espiritual, porque después de la desobediencia él vivió 930 años.

Abel no se incluye en la lista genealógica porque murió sin dejar descendientes, pero Caín fue excluido por Moisés, quizás por la afrenta de haber sido el primer asesino de la historia. Una vez Moisés asesinó a un hombre y uno supone que esto lo marcó para siempre (Gn. 2:12). En cambio lo que el autor hace es colocar su descendencia aparte (4:16-24). Pero no dentro “del libro de las generaciones de Adán).

Junto a Set los siguientes versos abarcan unas 10 generaciones, y todas tienen algo en común, y es que tuvieron hijos e hijas y murieron.

Todos estaban cumpliendo con el propósito biológicos de la creación humana, que es la preservación de la especie. Los homosexuales y los antinatalistas no han cumplido con este plan de Dios, por lo que la Unión de los primeros no puede engendrar hijos, y porque los segundos se oponen a la natalidad.

Sin embargo en esta lista tres personas se destacan, porque no solo  hicieron lo normal que todos estaban haciendo, sino que decidieron hacer algo diferente que marcó a sus generaciones. El primero en la lista es Set, que a partir del nacimiento de su hijo “Enós los hombres comenzaron a invocar el nombre de Jehová” (Gn.4:26). Hay una generación que quiere ser guiada a Dios, pero necesita que alguien se levante y lo haga. El segundo es Enoc (vv. 18-24). Hebreos 11:5 complementa su historia, diciendo que agradaba a Dios, y que por esa razón Dios se lo llevó vivo. Este hombre vivió una vida tan extraordinaria, que caminaba siempre con Dios. Y en uno de esos paseos de santidad junto a Dios, al Señor se le ocurrió la idea de llevárselo. Un hombre enseña a los hombres a adorar a Dios. Unas generaciones después otro lleva este estilo de adoración a un nivel de santidad tal, que Dios entendió que ya no había lugar para él en este mundo de pecados. En medio de una generación malvada Enoc le enseñó a la gente, que no es imposible agradar a Dio (Gn. 6:5). Curiosamente Enoc fue el más joven de la lista en dejar este mundo, pero aún así engendró a Matusalén el más longevo, el tercero es Noé (vv. 30-32). El capítulo 6:9 lo describe como: “varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé”. Por ser fiel a Dios en medio de tanta depravación y violencias, Dios lo eligió para construir el arca de salvación de la especie humana, y de las demás especies animales.

De estas 10 generaciones solo 3 hombres fueron incluidos en Hebreos 11, el salón de la fama de los grandes héroes de la fe ¿Qué hicieron para trascender a la historia? Todos pusieron a Dios como el centro de sus vidas, y no se conformaron con ser uno más en sus generaciones en que les tocó vivir.

El resto tuvieron hijos e hijas y como es natural murieron. Ellos tuvieron hijos e hijas también, pero antes de dejar este mundo emprendieron planes que trascendieron a la historia. Todo hombre puede agradar a Dios. Todo hombre puede hacer un buen aporte a la humanidad.

Imagen|Dune.

Por el pastor Ruddy Carrera.

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