
Testimonio de Edilí Mateo Carreras
¿Cómo era mi vida antes de conocer a Cristo?
Entendía que solo por cómo me comportaba de eso dependía la entrada al cielo, tal vez era por mi corta edad en ese momento pero eso entendía.
¿Cómo me di cuentas que Dios me estabas hablando?
Todo comenzó cuando visitaba con mi abuela la iglesia y veía como allí se adoraba al Señor de una forma que marco mi vida. Ese amor por el Señor y quería ver también ese amor en mi por todo lo relacionado a él. Con el paso del tiempo sentía cada día su amor transformando mi vida y mis actitudes, y esto era más que suficiente para entender que Dios me estaba hablando.
¿Cómo fue ese momento en que conocí al Señor?
En unas de las clases que mi tío daba en la casa de mi abuela, él dijo que era importante estudiar acerca del Señor y visitar la iglesia. Pero que también era necesario confesar que Jesús, es el Señor de nuestras vidas. Para ese momento ya tenía 9 años y fue el momento que le dije al señor que fuera el dueño y único señor de mi vida. Existen decisiones muy importantes en cada ser humano, pero sin duda esta es la más importante de todas. Hoy tengo 22 años y no me arrepiento de esta gran decisión.
¿Cómo es mi vida ahora, después de conocer a Cristo?
Ver la mano de mi Dios obrando cada día en mi vida y en la de mi familia, es una gran bendición.
Saber que cuento con su palabra, para corrección y edificación de mi vida espiritual es un privilegio, que sin importar como me encuentre él por su gracia hay estará para mí.
Después que entendí que Cristo es el único camino para llegar al padre (juan 14: 6).
A los 12 fui bautizada, confesando en público que el Señor con su sangre me limpió. el Señor siguió bendiciendo mi vida con un ministerio de niños, regando esa semilla que un día cayó en mi corazón siendo yo una niña. Cristo trae tantas bendiciones después que él toma el timón de nosotros, que son innumerables.
PARA TI:
Los senderos que existen son innumerables de contar, pero los caminos de cristos son los que nos pueden transformar, una vida plena en el es que yo debo procurar.