La ex monja Sandra Migliore, fue abusada física y sexualmente a sus 16 años de edad, mientras estudiaba para ser religiosa, en una congregación radicada en San Lorenzo (Santa Fe); llamada Hermanas Educacionistas Franciscanas de Cristo Rey.
“Me mandó sola al sótano debajo de la cocina para limpiarlo. Un rato después, apareció por detrás de mí diciéndome que era una de sus preferidas y me quería proteger. Hasta que en un momento, se me abalanzó y me quiso tocar”. Ha relatado la religiosa a un diario nacional, al referirse a los abusos que recibían ella y sus compañeras por las madres superioras.
Todas las semanas las monjas debían golpearse en las nalgas con un látigo que tenía puntas metálicas; usar un cilicio en las piernas, incluso durante varios días; llevar una mordaza en la boca hasta por 24 horas para cumplir el voto de silencio; y también las castigaban con una dieta de pan y agua durante una semana, por lo que hubo casos de desnutrición. Relata el diario.
Hace casi tres años, una investigación periodística, destapó fuertes abusos de todas índoles, en un monasterio de monjas, que estremeció a la sociedad argentina. Las religiosas responsables fueron llevadas a la justicia, y el caso llevó al Papa a ordenar una investigación al respecto.
Los abusos sufridos por Sandra Migliore, la han llevado a escribir el libro “Raza de Víboras”; en el que cuenta sus experiencias de maltratos, abusos sexuales y torturas físicas.
Son numerosos los casos de abusos sexuales, de sacerdotes y monjas. Y el caso más reciente, y de mayor envergadura, fue dado a conocer por el mismo Vaticano, el sábado 17; donde el excardenal estadounidense Theodore McCarrick, fue hallado culpable por el Vaticano, de abuso sexual contra niños y adultos, y expulsado del sacerdocio de manera permanente.
Imagen de portada, Kosaka Kumiko/El País.