María una madre honorable

Dios te bendiga mucho, soy el Reverendo Ruddy Carrera, Bachelor en Artes y Estudios Cristianos, y tú estás en mi podcast: Mi Biblia. Un espacio para analizar los principales temas cristianos y religiosos, y sus efectos en la sociedad.

En esta entrega analizaremos el tema: María una madre honorable. Observo como Maria es no tan solamente venerada por todos los cristianos, sino como su ejemplo de humildad y obediencia sigue influyendo en generaciones de personas que ven en ella un modelo cristiano de fe y conducta.

María la madre de nuestro Señor Jesucristo, fué una madre honorable y ejemplar en la sociedad en que le tocó vivir. Dios la eligió para que llevara en su santo vientre a su hijo unigénito, a quien ella además protegió en sus pechos, y crío con el amor que solo caracteriza a las verdaderas madres, que se sacrifican para que sus hijos estén bien y seguros.

Cada año se celebra el día de las madres. Nuestro país tiene un profundo trasfondo cristiano, y entre las madre dominicanas María goza de una gran popularidad.

Aunque debemos admitir que estos trasfondos cristianos, que exhiben nuestras naciones occidentales, en las mayorías de los casos distan mucho de las verdaderas enseñanzas bíblicas, sobre la verdadera fe cristiana. Pero aún así, resultan menos tediosos en el campo misionero, que tener que  poner frente a las culturas orientales.

María fue una mujer de carácter forjado desde su juventud. Esto fue evidente cuando no se negó a aceptar la noticia sobre concebir al hijo de Dios, ni cuestionó los planes de Dios (Mateo 1:18-23). Cuando su hijo se vio en peligro de muerte, abandonó todo y huyó con él a otro país (Mateo 2:14).

Pero ella siempre fué fiel y leal a su esposo José, a quien amó y acompañó en cada decisión y de quién nunca sintió vergüenza a pesar de su humilde condición social y laboral.

Algunos exégetas creen que José su esposo murió siendo aún Jesús muy joven, porque los textos no lo vuelven a mencionar luego del retorno de Egipto. De ser así, María debió criar a Jesús y al resto de sus hijos como una madre viuda. Es probable que Jesús haya aprendido el oficio de la carpintería de su padre José, y que haya tomado la dirección del hogar.

Esta determinación y este carácter María lo traspasó a su hijo Jesús. Unas de las mayores características de la vida y ministerio de Jesús la hayamos en su carácter audaz, y en la determinación de cumplir la misión que Dios su Padre celestial le encomendó, hasta el último momento en que exhaló su último aliento en la cruz del calvario.

En ese momento podemos ver con más claridad el honor de María, impregnado en su amor hacia su hijo muriendo en la cruz, porque cuando todos huyeron; ella y Juan el más joven de los discípulos nunca lo abandonaron.

Esta acción debió impactar a Jesús de una manera tal, que al ver que su muerte era inminente porque así estaba predestinado, le dijo a su madre que en su lugar adoptara a Juan como su hijo (Mateo 19:26).

Una madre sabe que el amor hacia cada hijo es especial, pero había algo de especial en esta acción de adoptar por deseo de su mismo hijo moribundo a su mejor amigo como nuevo hijo. Pero en este deseo Jesús quería asegurarse que Juan a quien tanto él amaba, cuidaría de su madre como lo había hecho él.

Ahora bien, nosotros los cristianos deberíamos imitar este carácter y determinación de María, y procurar vivir una vida honorable, y virtuosa que agrade a Dios. Pero estas características de ella, que deben ser por consecuencia de la salvación las de cada cristiano, no nos deben llevar a caer en la idolatría al tratar de darle a ella la adoración que solo es debida dar a Dios.

Cuando la gente procura hacer de María un objeto de adoración en vez de exaltarla al lugar que su hijo Jesús y sus discípulos lo hicieron, la rebajan a lo más inmundo que odia y repudia Dios, razón por la que su ira siempre se encendió contra su pueblo Israel y lo hace aún en nuestros días (Éxodo 20:4-5; 1 Corintios 6:9). Aún María por su propio honor y por lo que significaba para ella la adoración al solo Dios soberano, invisible y verdadero, si supieras sobre tales heregias estubiera escandalizada, y con su firmeza de carácter y determinación estaría dispuesta a poner fin a estos actos opuestos a su fe y costumbre.

María la madre del Señor fué un ejemplo a imitar para su generación, y lo sigue siendo para nosotros.

Felicidades a todas las madres en su día.

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