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¿Por qué Jesús causa división?

¿Por qué Jesús causa división?

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Dios te bendiga mucho, soy el Reverendo Ruddy Carrera, Bachelor en Artes y Estudios Cristianos, y tú estás en mi podcast: Mi Biblia. Un espacio para analizar los principales temas cristianos y religiosos, y sus efectos en la sociedad.

En esta entrega analizaremos el tema ¿Por qué Jesús causa división? Y como los conflictos cristianos han tenido un profundo impacto en el desarrollo de la religión  cristiana, y las divisiones históricas producto del pecado original.

Millones de cristianos en todo el mundo sufren discriminación por el hecho de ser seguidores de Jesús. Jesucristo ha sido la persona más controvertida, influyente y revolucionaria de todo los tiempos. Su mensaje transformador y cautivador, tuvo un efecto tal en las sociedades de los siguientes siglos, que dividió la historia humana en dos partes: antes de Cristo y después de Cristo. En nuestros días, la situación ha escalado a tal nivel,  que dos mil años después de su muerte y resurrección, sus seguidores y detractores aún no se ponen de acuerdo sobre sus dichos y enseñanzas. Entonces, después de observar el impacto del cristianismo en todos los acontecimientos históricos y sociales, deberíamos preguntarnos: ¿Por qué Jesús causa división?. 

Quizás la respuesta a esta pregunta, la podemos hallar en el libro de Juan capítulo 7 verso 37 al 43. Y en otros pasajes de las Sagradas Escrituras, que vamos analizar juntos, en esta nueva entrega de nuestro podcast Vida Cristiana.

En el Nuevo Testamento el término división (del griego: μερισμός, -οῦ, ὁ) adquiere el significado literal de separación, o reparto. Y en español da la idea  latina de la acción como tal, y el efecto de dividir. Según Encarta, este efecto podría ser la discordia, y la  desunión de los ánimos y opiniones.

Indudablemente el mensaje de la cruz que exige arrepentimiento en la vida del pecador será ignorado por la mayoría.

Al plantear esta interrogante me propongo:

1.Que usted entienda que el plan de nuestro Señor Jesucristo no es traer división en la sociedad, pero que indudablemente el mensaje de la Cruz, que exige arrepentimiento en la vida del pecador, será ignorado por la mayoría. Y también será abrazado con amor por los elegidos por Dios para salvación. Y este hecho, de que una mayoría ignore el mensaje, y nosotros creamos; es un motivo de división, de forma y de fondo.

De forma, porque será evidente el cambio para bien, en los salvos. Y quedará al descubierto la miseria espiritual y material en las vidas de aquellos que se resistan a creer. Y de fondo, porque es un principio natural, que la luz y las tinieblas no pueden habitar juntas. A sí como es imposible que el cielo y el infierno ocupen el mismo espacio.

2.Comprender que es el pecado el que crea división en la sociedad. Y entre la humanidad y Dios: Como dice Isaías capítulo 59 verso 2. “Pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír”.

Es la razón de existir de la iglesia: infundir unidad, paz, amor, esperanza, y reprensión, en un mundo que está dividido por los efectos del pecado. Y este es el mensaje que 22 años después de la resurrección del Señor (Osea, en el año 55 despues de Cristo), el apostol Pablo en víspera de su tercer viaje misionero, le escribe desde Éfeso a la iglesia de Corinto, en Primera de Corintios capítulo 1 verso 10: Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer.

Vivimos en la era de la información y del conocimiento. Cada día surgen nuevas doctrinas y creencias; Pero usted y yo estamos llamados hablar “una misma cosa”,  solo debemos predicar lo que la Biblia enseña. Los intereses personales de muchos líderes amenazan con dividir una vez más a la iglesia. Cada día surgen nuevas iglesias, por motivo de algún desacuerdo entre los que están llamados a pastorear el rebaño del Señor. Pero nosotros estamos llamados a repetir con el apóstol Pablo: “que no haya entre vosotros divisiones”. Nosotros estamos llamados a estar:perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer”.

Primera de Corintios capítulo 1 verso 10: Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer.

En el capítulo 7 de Juan, Jesús es invitado a una fiesta. El verso 37, nos dice que: “en el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: si alguno tiene sed, venga a mí y beba”. Y el verso nos relata que estas palabras del Señor trajeron una división tal, entre los asistentes a la fiesta, que algunos intentaron matarle.

Leemos el verso 40. Entonces algunos de la multitud, oyendo estas palabras, decían: verdaderamente éste es el profeta.

Aquí en el versículo 40 debemos resaltar la expresión: “Entonces algunos de la multitud”. Esta expresión nos recuerda, que no todos van a creer al mensaje de salvación. No todos estarán dispuestos a saciar su sed espiritual en la fuente inagotable que es Jesús. No todos querrán beber del agua de la vida. Solo “algunos de la multitud”, como hace notar el autor hemos decidido beber del rio de la vida. Otros tratarán de saciar su sed espiritual, en los ríos sucios, y contaminados del mundo. Y la pregunta que usted debe hacerse hoy es: ¿Acaso soy yo parte de algunos de los que han depositado su fe en Jesús, o aun sigo siendo parte de la multitud que camina rumbo al infierno de fuego?.

Sería oportuno individualizar la pregunta: ¿De qué lado yo estoy?.

Otra vez le damos un vistazo al verso 40: “oyendo estas palabras” . O sea las palabras de Jesús del verso 37: “si alguno tiene sed, venga a mí y beba”. La fiesta de los tabernáculos, era una fiesta netamente religiosa. Flabio Josefo, nos dice que la procesión se hacía desde el templo, razón por la que hayamos a Jesús en el verso 28 enseñando en la fiesta desde el templo. Muchas personas hoy en día visitan los templos, pero siguen perdidos en la sed del pecado. Porque visitar las fiestas de la iglesia no te puede salvar. De hecho oír las palabras de Jesús no te salvan, al menos que la obedezca, y le acepte a él.

Seguimos aún centrados en el versículo 40: “verdaderamente éste es el profeta”. Esta expresión nos revela que algunos habían creído en Jesús, pero es posible que su fe no fuera una fe salvífica, sino una fe intelectual, y filosófica. Pues a pesar de que Jesús les estaba ofreciendo el agua de la vida eterna, ellos lo seguían viendo como un profeta más. Dos mil años después de este acontecimiento, mucha gente sigue asistiendo a las fiestas de los templos, y a las iglesias de nuestro tiempo. Pero para muchos de ellos, Jesús no significa más que un gran maestro, un importante filósofo, y profeta de su época.

La gente que vivió en la época de Jesús, tenía muchas ideas sobre la personalidad de Cristo. Por tal razón según Mateo capítulo 16 verso 13 al 16. Nos dice: él le preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el hijo del hombre? Ellos dijeron: unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o algunos de los profetas. El les dijo: Y vosotros, ¿Quién decís que soy yo? (Ahora vemos de cerca el verso 16). Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.

Una buena opinión acerca de Cristo está todavía muy lejos de una fe viva, salvífica, en él; muchos le dieron unas buenas palabras, pero ahí quedó todo (Ha escrito uno de los comentaristas de Mathew Henry).

¿El señor te pregunta en este preciso momento: ¿Quién soy yo para ti?. ¿Soy un simple profeta, o Crees que soy el único capaz de saciar tu sed espiritual, y salvar tu alma pecadora?.

Ahora pasamos al Verso 41. Otros decían: Este es el Cristo. Pero algunos decían ¿De Galilea ha de venir el Cristo?.

Nos dice el verso 41, que “Otros decían: Este es el Cristo”. Los judíos esperaban con ansias el nacimiento del Cristo, profetizado por los profetas del Antiguo Testamento. Pues cuando Jesús nació la nación hebrea se hallaba invadida y dominada por Roma. Ellos esperaban a un Cristo político, que hiciera una revolución y expulsara al Imperio Romano. Sin embargo Jesús siempre afirmó que su reino no era político sino espiritual. De hecho horas antes de morir, mientras era juzgado por el gobernador Pilato, La Biblia afirma en el libro de Juan capítulo 18 verso 36, que: “Respondió Jesús: mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí”.

Jesús no vino a establecer un reino político, su plan no era fundar un partido político, ni una nueva religión. Él vino a gobernar en los corazones de cada hombre y mujer que le acepte como salvador. Deja que Jesús sea el Rey de Reyes, y Señor de Señores, de tu familia dividida. Deja que él sea el gobierno, de tu vida desordenada. Deja que él sea el administrador de tu economía en quiebra.

Veamos más de cerca el verso 41, para determinar la percepción que se tenía sobre Galilea. Dice el texto: Pero algunos decían ¿De Galilea ha de venir el Cristo?.

Galilea: Es el nombre regional de la parte del Norte de Palestina, que fue escenario de la niñez y adolescencia de Cristo, y de los comienzos de su ministerio.

Ahora pasamos al verso 42. “¿No dice la Escritura que del linaje de David, y de la aldea de Belén, de donde era David, ha de venir el Cristo?.

Esto demuestra la ignorancia de la gente acerca de Jesús, ellos ni se habían molestado en conocer que a pesar de que el Señor se había criado, y vivía en Galilea, él había nacido en Belén de Judá. Como lo narran Mateo, y Lucas, y que la profecía de Miqueas capítulo 5 verso 2, a la que ellos se refieren en este verso tuvo un fiel cumplimiento en el nacimiento, vida, y obra de Jesús.

El verso 42 demuestra que ellos tenían un conocimiento básico de las escrituras, pero se resistían a obedecerla, y a creer en sus promesas. Al leer la Biblia, muchos en este tiempo entienden que Dios exige en Su Palabra arrepentimiento del pecado, y sumisión total al señorío de Cristo, y “muestran grandes conocimientos bíblicos. Pero solo les sirven para torcer las Escrituras, para su propia perdición. Como argumenta uno de los comentaristas de Mathew Henry citando a segunda de Pedro capítulo 3 verso 16).

Ahora el versículo 43 nos refleja con claridad la tensión que creó entre la gente las palabras del Señor, cuando leemos: Hubo entonces disensión entre la gente a causa de él.

De acuerdo a Encarta, una definición moderna para disensión, es: Primero, que proviene de la palabra latina dissensĭo, -ōnis). Y que significa oposición o contrariedad de varias personas en los pareceres o en los propósitos.Y segundo: Contienda, riña, y altercación.

Cuando una persona acepta a Cristo, debe estar preparada para las consecuencias. Porque el seguir a Cristo, significa separarnos del mundo de pecado: de los amigos de juegos, y de los vicios, de la pareja que quiere que la acompañes a tomar alcohol, o del trabajo que no te permites congregarte. Del compañero de curso que te invita a usar drogas. De la religión falsa, que no exige arrepentimiento. Del Cónyugue que no se quiere casar.

Muchos cristianos han sido aborrecidos, y desheredado por su familia. Y por la gente que más amaban. Pero aunque el evangelio nos une, y nos da paz y seguridad, esta es la consecuencia del mensaje de la Cruz. La división con el mundo es inevitable en la vida de los cristianos verdaderos.

La Biblia relata en el libro de Mateo capítulo 10 verso 34 al 39. Que cuando Jesús le dio su misión a los 12 apóstoles, él les advirtió las consecuencias de ser sus discípulos con las siguientes palabras: No penséis que he venido a traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada. Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; Y los enemigos del hombre serán los de su casa. El que ama a su padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama al hijo o hija más que a mí, no es digno de mi. (Y finalmente vemos el verso 39): El que halla su vida, la perderá; y el que pierda su vida por causa de mí la hallará.

Este tema era de seria preocupación para el apóstol Pablo, quien 22 años después de esta fiesta, escribía en Primera de Corintios capítulo 1 verso 13: ¿Acaso está dividido Cristo?. Y 676 años antes, ya Isaías afirmaba que el mensaje de Dios trae división entre los hombres, porque primeramente el pecado nos ha separado de Dios. Leemos Isaías capítulo  59 verso 2: Pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír.

Hoy podemos concluir, que el mensaje de Jesús no divide, que lo que divide es nuestro interés de permanecer en el pecado. Jesús sigue ofreciendo el agua de la salvación, tú decides si beber en este momento, y ser salvo, o rechazarlo, y luego ir al infierno de fuego, como muchos de los asistentes a esa fiesta.

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